El Gobierno murciano del Partido Popular prepara una ley sobre Protección Integral de la Familia en la que se afirma que el aborto no es un derecho, sino un fracaso.

Hombre, desde luego, no es un derecho, pero tampoco es un fracaso. El aborto es un asesinato, la matanza del ser más inocente e indefenso: los concebidos y no nacidos; y, en tantas ocasiones, el principal culpable es su propia madre –o sus propios padres, si lo prefieren–. Por tanto, lo de fracaso se queda muy corto.

Y, por cierto, aunque el aborto esté legalizado en España, desde un Gobierno autonómico, si realmente se quiere, claro que se pueden poner muy difícil el infanticidio.