Gran capacidad la del Papa Francisco (en la imagen junto a Obama) para explicar fenómenos abstrusos de la forma más sencilla. Porque lo que está ocurriendo en el mundo es muy sencillo: "el mundo esconde la persecución a los cristianos". Podría haber añadido: y ni panteístas ni librepensadores, ni agnósticos, ni hindúes, ni sintoístas, ni judíos, ni musulmanes son perseguidos hoy por su fe y por sus convicciones sólo son perseguidos los cristianos. Y la cristofobia aumenta cada día, especialmente en China, en la India (sí, en la India) y en Paquistán.

Mientras, el Occidente libre sigue haciendo el imbécil. El líder del tal Occidente, gracias a su primavera árabe, ha credo el Estado Islámico, como el recuerda el músico ruso Valeri Guerguiev. Y tanto: Estados Unidos tumbó a Mubarak, a Gadafi y lo intentó con Bassar Al Assad. Sus puestos, al menos los dos primeros, fueron ocupados por fanáticos. Y el Estado Islámico no es más que la suma de iraquíes de Sadam Husein masacrados por Washington y los sirios masacrados por Washington… y por sus 'aliados' de Al Qaeda.  

Ahora, el secretario de Estado, John Kerry, asegura que "habrá que contar con Bassar Al Assad, el sirio. Ya lo creo que tendrás que contar, besuguillo. ¿Saben cuál es la diferencia entre Al Assad -que de demócrata tiene poco, pueden creerlo- y un Erdogan, aliado de Occidente, o los de Boko Haram, o los Hermanos Musulmanes, o los paquistaníes, o los indios o las brigadas libias y otros grupos beneficiados por la idiocia de Barack Obama? Pues que Al Assad, con todos sus defectos, respetaba la libertad religiosa. Es decir, la libertad religiosa de los cristianos.

Para que te enteres, Obama: tu enemigo es el enemigo de los cristianos, que vulneran la libertad religiosa ¿Lo coges?

Hispanidad

redaccion@hispanidad.com