Aquí no dejamos de alabar a "Lolito Macron", hombre de libertades, pero en Francia están quitando cruces y crucifijos de cualquier espacio público, lo que resulta bastante liberticida. Por ejemplo, en un monumento a Juan Pablo II, que siempre comparecía en público con su arma, un crucifijo, los jueces han ordenado que retiren ese crucifijo. Si le hubieran preguntado al Papa polaco seguramente habría dicho que, de quitar el crucifijo, mejor que no le erigieran momento alguno. Se pueden quitar a los crucifijos de las calles pero no del corazón de los hombres. En cualquier caso, un atentado contra la libertad religiosa. ¿Por qué tengo que ocultar mis convicciones? ¿Acaso soy ciudadano de segunda? Hispanidad redaccion@hispanidad.com