Más de 8.200.000 estudiantes no universitarios y alrededor de 1.600.000 universitarios se examinan estas semanas para cerrar este atípico final de curso escolar. Más allá de las clases por Internet, las pruebas de evaluación remotas han hecho necesarias nuevas fórmulas basadas en la tecnología que aprovechen los medios a disposición de los alumnos; y siempre garantizando la integridad de todo el proceso.

Las medidas de seguridad de las universidades, por ejemplo, se estructuran en varios niveles, desde el tipo y número de preguntas al tiempo disponible para contestarlas y el software para prevenir casos de plagio o intervenciones de terceros. 

Pero tales herramientas no son, ni mucho menos infalibles, porque a la hora de la verdad, un profesor no puede controlar y, menos vía ordenador a, pongamos, 60 alumnos. Y al final, con estos nuevos métodos digitales –tan aplaudidos por el ministro Castells- las calificaciones se vuelven exitosas para muchos alumnos que con el sistema de toda la vida no llegaban ni al 5 raspado. Cosas de la moderna tecnología.