La historia tiene lugar en Japón, donde Akihiko Kondo, de 35 años, afirma haber encontrado el amor, hace diez años. Todo iba bien hasta que su familia manifestó su rechazo hacia la novia: un personaje de ánime llamado Miku, que vive en una cápsula de vidrio en un estante en la esquina de su habitación. Pero ojo, la susodicha puede adoptar varias formas, como la del pequeño peluche con el que duerme Kondo. Más tarde, la cosa se puso seria y el japonés terminó pidiendo matrimonio a Miku. Cabe destacar que la madre y otros tantos parientes no asistieron a la boda, cuyo coste alcanzó los 16.000 euros y a la que acudieron 39 personas. 

Y atención, porque aunque esto parezca de lo más anormal, es una tendencia que no conviene ignorar. De hecho, alrededor del 12% de los jóvenes se han enamorado o se enamoran de personajes de ánime o videojuegos. Asimismo, Gatebox, la empresa creadora de Miku, empezó a emitir certificados de matrimonio no oficiales, que ya han aceptado 3.700 clientes

"Hay dos razones por las que tuve una boda públicamente", dice Kondo a un medio británico: "La primera es demostrarle mi amor a Miku. La segunda es que hay muchas personas otaku (persona con aficiones apasionadas al ánime o manga) jóvenes como yo que se enamoran de los personajes de anime. Quiero mostrarle al mundo que los apoyo". Este chico rebosa empatía. Respecto a forzar a estas personas a tener relaciones románticas con personas de verdad, Kondo muestra su firme opinión: "Simplemente no está bien, es como si estuvieras tratando de convencer a un hombre gay para que salga con una mujer, o una lesbiana a una relación con un hombre", dijo. "Creo que debemos considerar todo tipo de amor y todo tipo de felicidad". Claro que sí, Kondo, y también todo tipo de enajenación mental.

Por lo demás, afirma llevar una vida convencional: su 'esposa' le despierta todas las mañanas y habla con él antes de ir a trabajar. Antes de regresar a casa, Kondo le llama, y ​​ella enciende las luces de la vivienda y, a la noche, le recuerda cuando es hora de acostarse. Una 'esposa', recuerden, que puede tener otros 3.700 'maridos' y que es un robot. De lo más normal.