Ha sucedido en un supermercado de Auckland en Australia. Un grupo de radicales veganos se plantó ante las neveras de la carne con carteles en los que se leía claramente: "Dejen de comer carne". Los clientes que allí se encontraban se quedaron patidifusos ante la insólita escena. Resulta que una muralla de activistas vestidos de negro pretendía impedir que los consumidores se llevasen una bandeja de pollo, ternera o cerdo.

Durante la manifestación se vivieron momentos de tensión entre los miembros veganos del grupo Direct Everywhere (movimiento de liberación animal) y varios clientes. En el vídeo se aprecian enfados y quejas de los compradores que, al acercarse a los mostradores de la carne, se veían violentados por la presencia de los activistas que les chillaban y grababan como si fueran cómplices de algún tipo de asesinato.

La sorpresa es mayúscula cuando los clientes observan que no hay ningún vigilante de seguridad que vele por ellos y sus compras dentro del establecimiento.

Los manifestantes explican que están allí de forma pacífica para protestar y reivindicar que la "comida no debe implicar violencia". Sin embargo, la secuencia indica todo lo contrario. Forman filas como si fuera un ejército, los clientes apenas se atreven a estirar el brazo y echar al carrito de la compra un filete de pollo. La muralla vegana parece infranqueable.

Pero, esta práctica no es exclusiva de Australia. En España también tuvo su momento de gloria, ante la popular franquicia del Museo del Jamón en Madrid. El virus cunde por el planeta.

Preparénse los mercados y las tradicionales carnicerías, porque pueden ser los siguientes objetivos de las 'murallas veganas'.