La columnista Esther Esteban (en la imagen) sale en defensa de la podemita Rita Maestre (sí, eso es lo que hace) y arremete contra la fiscal Marisa Marondo, quien ha tenido la valentía de cortar por lo sano. ¿Cómo que una fiscal no puede emplear los términos putas y boyeras, si eran justamente eso lo que las alumnas de don Pablo Iglesias, capitaneada por la enseñatetas Rita Maestre, utilizaron en su asalto sacrílego y violento (lo primero más importante que lo segundo) a la capilla de la Complutense? La fiscal lo emplea en su auto porque primero lo emplearon la condenada Maestre y sus chicas, además de amenazar a los católicos y profanar una capilla con el Santísimo presente. Y además, la fiscal va, algo raro en la judicatura, al fondo de la cuestión: demuestra que se trataba de ofender los católicos. Ni más ni menos. Esteban asegura que reprueba la actitud de Rita Maestre pero que no puede aceptar la terminología de la genial Marondo, valiente y brillante mitad por mitad. ¿Y por qué no si eran las propias palabras cristófobas de Rita Maestre y cía? Es decir, el sumario. Recuerda Esteban: siempre que algún majadero dice que dos más dos son seis y algún sensato le corrige, asegurando que dos más dos son cuatro, surge un tercero que en pro del diálogo y la moderación concluye que dos más dos son cinco. Ese tercero has sido tú, Esteban, en la presente ocasión. Pero recuerda: dos más dos siguen siendo cuatro. Hispanidad redaccion@hispanidad.com