La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen entra en una estancia junto al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel. Mientras el político belga preside el encuentro junto a Recep Tayyip Erdogan y se sienta a su lado -según publica La Razón- la presidenta del Ejecutivo comunitario se queda de pie sin saber muy bien qué hacer cuando se da cuenta de que no hay un asiento para ella. Tras pronunciar un “ehmmm” de desconcierto, debe conformarse con refugiarse en un sofá lateral, al mismo nivel que el ministro de Exteriores turco, Mevlet Cavusoglu.

Este incidente viola las normas protocolarias más elementales, ya que Michel como Von der Leyen tiene el mimo estatus diplomático. La presidenta ha encargado a su equipo que se ponga en contacto con los responsables de protocolo para asegurarse de que no vuelve a suceder una situación tan incómoda.

Por su parte,desde Turquía después de que en las redes se llegara a tildar el gesto diplomático de "machista", y hasta se conectara con la reciente retirada turca del Convenio de Estambul para la prevención de la violencia contra las mujeres, un alto funcionario del gobierno de Erdogan ha asegurado que fue el equipo de Michel el que, días antes de la visita, aprobó la organización del momento crítico. 

Erdogan, ¿fundamentalismo o grosería con Von der Leyen? ¿O ambas cosas? He ahí la cuestión.