Acusaba la izquierda a Mariano Rajoy de haber ganado unas elecciones amañadas, por aquello de la financiación irregular. Una tontería, no porque el PP no se financiara irregularmente, que lo hacía y hace como lo hacían y hacen todos los partidos, sino porque esa no fue la razón de que ganaran dos elecciones generales.
Pues bien, ahora, con más razón, la derecha podría acusar a Pedro Sánchez de amañar las elecciones del 28-A con un instrumento mucho más eficaz: utilizar los resortes del Gobierno -que también suponen financiación- en periodo electoral. 
A este pucherazo, Sánchez lo llama gobernar hasta el último día.