Sigue la polémica por el golpe y contragolpe entre los trabajadores de Ryanair y la dirección de la compañía en el aeropuerto de Málaga. Lo más curioso es que el cruce de acusaciones sigue en las redes sociales, las mismas que utilizaron unos en contra de otros y al revés.

A la postre, el principal perjudicado puede ser la propia low cost por una cuestión de fondo, en la que insisten ahora los mensajes: no proporcionó, como debía por ley, alojamiento a las tripulaciones que quedaron atrapados en el aeropuerto por la cancelación de vuelos que provocó la tormenta Leslie. Es lo que obligó a 24 de ellos a pasar más de doce horas en una sala de tripulación (crew room) con siete sillas.

Todo comenzó con la publicación en Twitter de una foto montaje (en la imagen) en la que se ve a seis empleados durmiendo en el suelo para denunciar la “penosa situación”. Ryanair contestó con la divulgación de un video en el que se ve a esos mismos trabajadores cómo se colocan para realizar la foto, al tiempo que asegura que ningún tripulante durmió en el suelo.

Los sindicatos echaron en cara a la compañía, después, que la grabación la realizó el circuito de seguridad del propio aeropuerto y, por tanto, esas imágenes no se pueden hacer públicas.

Pues bien, esa polémica, que ha llegado hasta los medios americanos, sigue en las redes sociales, pero en contra de Ryananir, que ha querido dar una información que no se corresponde con la realidad.

Twitter se ha poblado de mensajes. Algunos ejemplos: “todo el mundo sabía que era una imagen de protesta con ustedes”, “no hicieron nada para encontrar el alojamiento adecuado”, “Gracias, @Ryanair, su video se utilizará para demostrar que la tripulación se quedó en una sala con pocas sillas toda la noche”, “el vídeo muestra cómo Ryanair usa el video confidencial de sus trabajadores abandonados en una oficina”.

Al final, la foto de marras y el video, también polémico, difundido por la low cost se han hecho más virales de lo que eran, lo que prueba, en última instancia, el peligro de las redes sociales según para qué cosas.