Tras cerrarse la compra de Canal por Telefónica, PRISA consigue reducir su deuda, según ellos en 1.500 millones de euros. No será para tanto, pero Juan Luis Cebrián sí se ha salvado del KO… una vez más. Al mismo tiempo, gracias a los buenos oficios de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría (en la imagen junto a Cebrián), la compra de Canal ha servido para que el Gobierno respire hondo: si PRISA se había vuelto dócil ahora será más dócil todavía con el PP. Y naturalmente, la vicepresidenta se apunta el tanto. El único peligro ahora es que, en esa jaula de grillos en la que se ha convertido Moncloa, el presidente del Gobierno vea fantasmas en el trío Soraya-Cebrián-Alierta. ¿O son algo más que fantasmas? Porque lo cierto es que Telefónica ha salvado a PRISA de la ruina y lo cierto es que Cebrián sigue empeñado en que Soraya sea califa en lugar del califa. Lo mismo, por pura casualidad, que desea Soraya. Hispanidad redaccion@hispanidad.com