Llegó por los aires volando pero no, no es una bruja. Se llama Bertrand Piccard y pilota el avión solar Impulse, que es la pera limonera, con el doble objetivo de salvar al planeta de su perdición, y con ello a la raza humana y, al mismo tiempo, ser el abanderado de la raza humana. Lo segundo es un complemento necesario del primero que, actualmente, constituye su único objetivo. Ahora bien, no nos cuenta que el avión le trasporta a él y que es tan grande como un Airbus. Pero sólo puede trasportarle a él. Y tampoco nos dice que ese mundo maravilloso de energía solar que nos propone es un mundo ineficiente y sólo  sostenible mediante subvenciones, es decir, mediante el dinero de los demás. A pesar de todo está dispuesto a salvar el planeta Tierra, vaya que sí. Y además, sale en la tele. Hispanidad redaccion@hispanidad.com