La vicepresidenta Carmen Calvo pretende arruinar a la Iglesia española con impuestos injustos y luego robarle los templos aprovechando las inmatriculaciones.

Si lo consiguen, ya solo faltará prohibir la misa. ¡Atentos a la jugada! Sí, la prohibición de la Eucaristía por razones de orden público o de lucha contra los delitos de odio (decir misa es toda una provocación al racionalismo, ergo puede provocar violencia).

Al tiempo. Que Pedro Sánchez no es ateo, es antiteo.