El director general de Tráfico, Gregorio Serrano (en la imagen) ya no echa la culpa a los conductores sino a la empresa concesionaria, Abertis. No está mal. Lo cierto es que él no tiene culpa de nada. Tampoco está mal. Lo de Serrano recuerda aquello de que no debes decir lo que la gente no está dispuesta a creer, aunque sea cierto. Hispanidad redaccion@hispanidad.com