Alexandria Ocasio-Cortez, la más joven congresista demócrata norteamericana ha puesto el dedo en la llaga: nunca la sensibilidad ecológica había llegado tan alto: a Alexandria le preocupan las flatulencias bovinas. Emiten gases nefandos para el medio ambiente.

Y lo peor es que Donald Trump se está cachondeando de ella. El planeta entero está en peligro por las flatulencias bovinas y este miserable se ríe.

Menos mal que el Congreso norteamericano se renueva: ahora hay más mujeres, más feministas, más demócratas, más ecologistas… y por fin podemos ocuparnos de uno de los grandes peligros que achacan a la humanidad: los pedos de las vacas.