Ejemplo: en alimentación. No sólo Carrefour o Mercadona, sino también El Corte Inglés: ya todos compiten por precio, ahora bien, ¿dónde queda la alimentación de calidad? Y no menos importante. Si lo que impronta es el precio entonces el pequeño poco tiene que decir. El pequeño y cualquier tipo de proveedor, dado que el distribuidor no pensará en ofrecer un buen producto sino ofrecerlo a buen precio. Rebelión: hay marcas consolidadas que se dignan a bajar precios. Pero las compras masivas de las grandes superficies se lo ponen difícil. Hispanidad redaccion@hispanidad.com