El Banco de Inglaterra anunció el jueves que subirá los tipos de interés 25 puntos básicos, del 0,5% al 0,75%. No es para tirar cohetes pero no deja de ser un trágala para el parsimonioso Mario Draghi que, de momento, sigue mirando hacia otro lado y se niega a tomar la decisión que esperan todos los banqueros.

Porque la situación actual les está desesperando aunque ya han asumido que el negocio bancario ya no es negocio y que deben buscarlo en las comisiones y en la venta de productos fuera de balance (seguros, fondos…). A principios de año las previsiones apuntaban al primer semestre de 2019. Ahora, la subida de tipos por parte del BCE no se espera hasta dentro de algo más de un año, esto es, en otoño o invierno de 2019. En definitiva, Draghi retrasa la medida… otra vez.