Ahora resulta que la víctima de Villarejo es Pablo Iglesias y los periodistas sus cómplices. ¡Hay que tener caradura! Los medios, entre ellos Hispanidad, fuimos los espiados. Soporto a Iglesias salvo cuando va de víctima, de cursi, o de ambas cosas a la vez. Y otro caradura es el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.

¡Pero si los amigos de Villarejo eran Baltasar Garzón, Dolores Delgado y demás socialistas! Ahora resulta que las cloacas del Estado apuntaban contra Podemos. ¡Venga ya!

Soporto a Iglesias y a Marlaska cuando no se ponen cursis.