Eso es lo que asusta precisamente de una dictadura como la china, en la que hasta el banco central obedece a las consignas del Partido Comunista. Las bolsas mundiales bajaron la semana pasada con fuerza, sorprendidas por una intervención inesperada del Banco Popular de China para devaluar la moneda. Y la entidad no escondió la razón: impulsar la economía. Y su economista jefe, Ma Jun, ha vuelto a mandar este domingo un mensaje de tranquilidad, minimizando el temor a una guerra de divisas. Ahora bien, eso no disipa las dudas del todo. Ya lo saben, el dinero es más miedoso que nada y no les gustan las sorpresas. No les inquieta tanto que China devalúe o no el yuan, como no saber realmente cómo está la economía china. Y eso, claro, no se puede saber. El objetivo del Partido Comunista es que la economía crezca al 7% para evitar la inestabilidad social (si no es así y las exportaciones no tiran, habrá más paro). Lo demás, en estos momentos, es secundario. Pero ¿puede hacerlo? Hispanidad redaccion@hispanidad.com