Y lo puede hacer sin echar mano de la Ley de Partidos Políticos, como asegura OK Diario. Aunque también, le basta con el sustrato del temible artículo 510 del código penal, obra conjunta del PSOE y, ojo, del PP, sobre delitos de odio. Lean el artículo 510, con lo que en España se entronizó la injusta ideología de género, esa que nos lleva al pensamiento único. Pasen y lean los dos parrafitos:

Artículo 510. 
1. Los que provocaren a la discriminación, al odio o a la violencia contra grupos o asociaciones, por motivos racistas, antisemitas u otros referentes a la ideología, religión o creencias, situación familiar, la pertenencia de sus miembros a una etnia o raza, su origen nacional, su sexo, orientación sexual, enfermedad o minusvalía, serán castigados con la pena de prisión de uno a tres años y multa de seis a doce meses.

2. Serán castigados con la misma pena los que, con conocimiento de su falsedad o temerario desprecio hacia la verdad, difundieren informaciones injuriosas sobre grupos o asociaciones en relación a su ideología, religión o creencias, la pertenencia de sus miembros a una etnia o raza, su origen nacional, su sexo, orientación sexual, enfermedad o minusvalía.

Recuerden, el que no opine como yo no es un discrepante: es un delincuente

Se lo traduzco: cualquiera que no piense en ideología de género, no sólo es un discrepante: es un delincuente. El que discrepe del feminismo radical -que empieza a ser una reiteración- o del lobby LGTB puede ser, no sólo silenciado, sino condenado a prisión.

Y si no lo consigue en los tribunales, quedaría el estigma con el que derrotar a todos sus enemigos

Pues bien, con este artículo -filosofía del pensamiento único- Pedro Sánchez planta ilegalizar a Vox, su principal enemigo electoral, por homofobo, machista y xenófobo.

¡Y que viva la democracia!