En su primer año como ministro de Fomento ya se distingue de su antecesora: prefiere las obras públicas. Íñigo de la Serna (en la imagen) lleva un año al frente del Ministerio de Fomento, en el que ha logrado retrasar el espíritu privatizador de su antecesora, Ana Pastor. Y es que el exalcalde de Santander es muy distinto y prefiere las obras públicas… Aunque ha tenido un año complicado, con conflictos en tierra (radiales quebradas), mar (estiba) y aire (huelgas en aeropuertos), cogió el toro por los cuernos en el Corredor Mediterráneo y ya ha acabado tres tramos sin necesidad de privatizar nada. También ha apostado por impulsar el AVE, lanzar planes públicos de Cercanías e incluso un plan nacional de mercancías por ferrocarril que se presentará en breve y donde lo más relevante será la entrada de un socio en Renfe Mercancías. Y ¿por qué Pastor no hizo tanto? Sencillo, le gustaba más hablar de privatización. Como prueba, un botón: la salida a bolsa de AENA, que aún hoy está bajo sospecha y podría ser objeto de una comisión de investigación. Eso sí, De la Serna no olvida la liberalización del transporte de viajeros por orden europea, pero no tiene prisa. Llegará en 2020 y hasta entonces hay muchas cosas por hacer. Hispanidad redaccion@hispanidad.com