La alcaldesa de Barcelona ha reaparecido hoy en un acto oficial en la calle -tras una cuarentena preventiva por sospecha de contagio con SARS-CoV-2- con un cubrebocas filtrante de carpintería, un material que ya se ha agotado en los hospitales o se reutiliza por su escasez.

El logro del hospital de campaña hasta el que se ha desplazado Colau-y que es una ampliación de Vall d'Hebron ante el alud de casos de enfermos con Covid-19- ha quedado empañado por la imagen que ha dado la líder de Barcelona en Comú. "¿De dónde ha sacado esa FFP2, o es una FFP3? Yo como trabajador de hospital [Vall d'Hebron] no he visto ni una. Dígamelo por favor va mi vida en ello", le ha contestado un tuitero llamado Celador Enfurecido.

De hecho, la limitación de mascarillas filtrantes, que impiden el paso del 99% de bacterias, es tan fuerte que Vall d'Hebron las reserva solo a los procesos de intubado, obtención de muestras o maniobras con el aparato respiratorio del paciente.