Decíamos ayer que Angela Merkel había hecho el ridículo. Y es que el fenómeno migratorio, así como el de refugiados y asilados, hay que entenderlo como lo entiende Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), una de las grandes obras de la Iglesia. AIN se ha empeñado no en atender a refugiados en inglés, al grito de Wellcome, es decir, al son de la demagogia. No, en lo que se ha empeñado en lo mismo que hace desde hacer más de medio siglo, en que fuera fundad por el padre Tocino: atender a los refugiados en origen. Esto es como ayudar a los contagiados por el Ebola: mejor ir nosotros allí que traerlos aquí. Sólo que eso es más duro que el Wellcome, claro. En origen, chicos, en origen. Y menos faroles. Eulogio López eulogio@hispanidad.com