Ya lo sospechábamos pero aquí están las pruebas. La inflación real nos la descubren los helados Frigo. Ahí tienen la diferencia entre pesetas y euros y ahí tienen la demostración inequívoca de que alguien nos tomó el pelo con la entrada en vigor de una nueva moneda, el euro, que disparó el coste de la vida en una horas. Desde luego, los salarios no subieron igual que los precios, aquel fatídico 1 de enero se 2002. Hispanidad redaccion@hispanidad.com