Manuela Carmena (en la imagen) ha tocado el poder y de revolucionaria ha pasado a burguesota. Porque claro, una cosa es aplaudir la profanación de una capilla universitaria por la enseñatetas de su portavoz y otra hacer frente a la banca acreedora de la deuda municipal madrileña, una banca que te lleva a los tribunales a la primera de cambio. Así que la alcaldesa de Madrid ha decidido que las cuentas del ayuntamiento más endeudado de España están en disposición de abonar su deuda bancaria. Al parecer, Ana Botella, tan fascistoide ella, no debió hacerlo tan mal. En cualquier caso, ya ni se planta ante la banca: como una burguesota cualquiera. Hispanidad redaccion@hispanidad.com