En el fondo es un poco lo mismo que el banquero te cobre por guardarte el dinero o por retenerlo. En primer lugar, porque al retener tu depósito en el banco te hace un servicio: evitar que lo tengas en casa bajo el ladrillo y efectuar los pagos. Pero lo cierto es que, históricamente, la banca ha cobrado intereses a sus clientes por sus créditos, comisiones por sus servicios (pagar el recibo del agua o de la luz) y no ha cobrado por ello. Y todo esto es lo de menos. Lo demás es que los negocios forzados acaban en desastres notorios. Como el negocio bancario. Eulogio López eulogio@hispanidad.com