La presidenta de la comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, es una pepera progre que se ha dedicado a fastidiar a sus compañeros de partido y a alabar a sus adversarios.

Ahora, sus adversarios le han derribado. Lo han hecho a través de una información menor sobre si le habían aprobado dos asignaturas de un master y lo ha hecho un periodista progre, Ignacio Escolar, a quien Cifuentes ha mimado y con el que ahora se ha querellado.

Cifuentes es abortera y homosexualista. Una ultra-progre. En definitiva, se ha empeñado en acariciar la cabeza de la serpiente… y la serpiente le ha mordido. Suele pasar.

Y su partido, el PP, no le ha defendido. Lógico: se ha dedicado a tocarle las narices a Ana Botella, Jorge Fernández, Esperanza Aguirre, Ignacio González, Francisco Granados, etc…

Y claro, quien a hierro mata a hierro muere.

Ahora está políticamente muerta. Esta chica no será presidenta del Gobierno.