Es una sociedad muy clemente. Así, por ejemplo, en La Vanguardia, leo el siguiente titular: los delitos contra mayores de 65 años crecieron un 27% en Cataluña. Hombre, puede ser que lo que haya aumentado en Cataluña, y en todo Occidente, es el número de mayores de 65 años y que el ritmo delictivo haya aumentado por meras razones vegetativas (nunca mejor dicho). Pero también cabe sospechar lo mismo: no nos gusta la debilidad.  Y así, no nos agradan los ancianos, ni los enfermos, ni los niños. Son débiles y nosotros poco clementes. Hispanidad redaccion@hispanidad.com