Todavía resuena el apoyo de patrón de los Grifols al procés iniciado por Artur Mas: "¡Tire adelante, no se arrugue!". Tiene mucha gracia eso de que Grifols, la multinacional catalana de hemoderivados señale que no ha cerrado la puerta a reunir al Consejo para mover su sede social de Barcelona, como han decidido el resto de las empresas cotizadas, cuando, ¡oh cielos!, ya trasladó sus negocios a Dublín, hace dos años, en busca de ventajas fiscales y regulatorias. En román paladino, para pagar menos por el Impuesto de Sociedades, que en Irlanda está en el 12,5%. Es lo mismo que hace las grandes tecnológicas americanas, como Apple, para establecerse allí, o en Luxemburgo, o en Holanda. Es ahí, en Irlanda, donde Víctor Grifols, el empresario independentista, colocó casi todo: la tesorería, el área de I D, el negocio de hemoderivados, del que depende. Y después, cedió el mando a hermano, Raimon Grifols Roura, y a su hijo, Víctor Grifols Deu. Todavía resuena el apoyo del patrónArtur Mas (en la imagen con Víctor Grifols) por el proceso soberanista: "¡tire adelante, no se arruge'!", al tiempo que lanzaba diatribas como: "no pienso invertir ni un euro ni en Cataluña ni en España". Hispanidad redaccion@hispanidad.com