Qué cosas hay que leer. La mayor parte de la carne que comamos en 2040 no provendrá de animales sacrificados. ¿Y de dónde vendrá entonces? se preguntarán. Pues parece ser que, según un informe de la consultora AT Kearney, basado en entrevistas con expertos, y recogido por «The Guardian», el 60% provendrá de células cultivadas «in vitro» o de productos de origen vegetal que simulen la apariencia y gusto de la carne. No me convence a mí mucho ni que la carne se cultive -me parece una contradicción en sí misma- ni tampoco, eso del “in vitro”.

A mí me gusta comer carne de origen animal, la toda la vida, vamos. Pero, según el informe, yo (y permítanme que me ponga en primer lugar) y todos los carnívoros como servidora, sí que lo tenemos crudo. Parece que «el cambio es innegable, ya que muchos consumidores reducen su consumo de carne como resultado de ser más conscientes del medio ambiente y el bienestar animal».

Ya estamos otra vez con la tontuna del cambio climático, aderezado ahora con un mal entendido bienestar animal.