El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, rey del máster de progresía, ha decidido proporcionar el gran titular solidario y humanitario: en tres años, Canadá acogerá a un millón de inmigrantes.

Eso sí, resulta que Canadá busca inmigrantes de alta cualificación –a esos los quiere todo el mundo– y además pretende que esos inmigrantes sean jóvenes y tengan muchos hijos… que paguen las pensiones de una población canadiense envejecida. ¿No es genial? Esto más que solidaridad con el inmigrante parece explotación del inmigrante.