En el Reino Unido, el Gobierno de Boris Johnson ha puesto en marcha el llamado furlough, una medida similar al ERTE español, cuyo objetivo es que los empleados sigan cobrando al menos una parte de su sueldo pese al parón impuesto por las autoridades para limitar los contagios. Así, el Estado cubre el 80% de cada salario de hasta 2.500 libras esterlinas al mes (unos 2.800 euros) y si la empresa quiere, puede pagar el resto hasta alcanzar el 100%, aunque no es obligatorio. Victoria Beckham (46 años) está en el centro de la polémica no solo por haberse acogido a este plan para suspender a 30 de los trabajadores de su marca de moda, VBL, sino por la irascible reacción que ha tenido ante las numerosas críticas recibidas.

Con una fortuna familiar que se calcula superior a los 350 millones de euros, a muchos les ha sorprendido que la diseñadora británica tomara la decisión de pedir la ayuda de emergencia del Gobierno. Parecece que Victoria piensa como Irene Montero: la crisis del coronavirus que la paguen los ricos... que ella es pobre.

Las críticas a los Beckham -en este caso, sobre todo a Victoria- han arreciado al conocerse que es el dinero de los contribuyentes el que pagará el salario a los empleados de su malogrado proyecto, aunque, según algunas fuentes, la empresa está añadiendo un 20% extra para que el personal suspendido reciba su sueldo completo.