La fotografía corresponde a un centro de salud -vulgo ambulatorio- de la Seguridad Social sito en Madrid. Y es que la fiebre por la bicicleta, principal instrumento contra el cambio climático, la miseria en el mundo y la III Guerra Mundial, está ocupando puestos y lugares que a lo peor resultan exagerados. Por ejemplo, los ambulatorios. Por eso, los anticuadísimos funcionarios del centro se han visto obligados a advertir que el espacio en el interior del centro sanitario es limitado y que las bicicletas deben aparcarse en la calle. Prudente observación. Y constituye la primera rebelión contra el imperio de la bicicleta. No sé yo si la Seguridad Social tendrá suficiente fuerza para enfrentarse al poder de la bicicleta. Hispanidad redaccion@hispanidad.com