BBVA ha empezado la sesión en verde, pero se ha torcido tras la rebaja de calificación a bono basura de su filial turca, Garanti, por parte de Standard & Poor’s. Vuelve así a mínimos por la misma razón: la crisis turca por la depreciación de la lira. La decisión añade presión a Francisco González (en la imagen), presidente de la entidad. 

La agencia redujo el rating el viernes -de BB- a B+, con perspectiva estable-. O lo que es lo mismo: más riesgos, no sólo para Garanti; también para otros cinco bancos del país.

Las razones son las mismas: la crisis de Turquía y de su lira debilita la capacidad de prestar en otra moneda y, a largo plazo, restará fuerza al crecimiento de la economía y por ende, la rentabilidad de los bancos.

El cóctel se agrava por las malas relaciones -políticas y comerciales- de Turquía y EEUU, con cruces de reproche entre Erdogan y Trump.