En 2018, el Ayuntamiento de Barcelona -según denunció el PP en el consistorio- llegó incluso a pagar la conexión eléctrica durante las fiestas de Gràcia a los antisistema del Casal Okupa 3 Lliris, de Gràcia. El Casal Okupa Tres Lliris es una consecuencia directa del desalojo del Banc Expropiat: jóvenes de este espacio y de otro del Casal Ros de Olano decidieron ocupar un nuevo espacio en Travessera de Gràcia, una antigua sucursal de Catalunya Caixa, al que bautizaron como Casal Popular Tres Lliris.

Según publica ABC, las denuncias vecinales por ruido e incumplimientos de las medidas anti-Covid han llevado al cierre del edificio. Una medida que puede traerle a Ada Colau problemas con el colectivo "okupa".