Se parecen a la banca universal -la banca tradicional- en que juegan con el dinero de los demás, pero se distinguen en su opacidad y en su carácter especulativo. Además, un banco normal concede una hipoteca o liquidez al panadero. Un banco de inversión o un fondo se dedican a especular, a comprar hoy por cuatro lo que mañana venden por cinco, sin tan siquiera preguntarse qué es lo que produce. Sin embargo, admiramos a nombres como Morgan Stanley y Goldman Sachs y aplaudimos la entrada de fondos de inversión en las empresas con el sano propósito de trocearlas. Los malos son los bancos. No sabes si se trata de propaganda o de estupidez. Y encima, bancos de inversión y fondos se alían. Hispanidad redaccion@hispanidad.com