Como hombres y mujeres somos iguales (iguales en dignidad, distintos en todo lo demás) padre y madre deberán elegir cuál es el apellido primero y cuál el segundo de sus hijos: si el de la padre o el de la madre. Y si no se ponen de acuerdo, decidirá el funcionario. De entrada, se lo estamos poniendo un poco difícil a los historiadores. De salida, es una nueva chorrada feminista que acabará como la CUP, donde los barbudos directivos de la formación separatista hablan en primera persona del femenino del plural: "Nosotras…". Pero, eso sí, se trata de una medida muy progresista. Y sobre todo, pertinente y urgente. Hispanidad redaccion@hispanidad.com