Se echa de menos a Juan Pablo II, el último gran filósofo realista de la era moderna y el último gran analista del mundo actual: el último gran sociólogo.Por ejemplo, cuando aclaró que este tiempo no es ni mejor ni peor que las anteriores pero sorprende y asombra, negativamente, por una cosa: la incapacidad de una generación para trasmitirle a sus hijos un sentido moral de la vida que antaño parecía trasmitirse como por ósmosis. Y eso puede resultar trágico.

Para mí que dio en la diana.