Miren lo que nos escribe un animalista, escandalizado por el artículo de Hispanidad. Y observen sus palabras, que tienen tela marinera: " no se sorprenda que varios o muchos antitaurinos se regocijen y gocen al enterarse que un torero murió: los TAURINOS hacen lo mismo -y no solo hacen lo mismo, sino que lo provocan pagando una entrada- con los inocentes toros". Esto es: el toro, irracional, en paridad de estima con el hombre, ser racional y libre, señor de laceración. Toda tiranía y toda necedad, comienza con la igualdad entre lo desigual, con la equiparación entre los animales racionales y los irracionales, que, lejos de personalizar las cosas, acaba cosificando a las personas. Sí hay que ser muy cafre para alegrarse de la muerte de un racional a manos -cuernos- de un irracional. El hombre, el bueno y el malo, nunca es un medio, campeón, es un fin. El animalista que se alegra de la muerte de Víctor Barrio, más que animalista es un animal escasamente racional y con muy mala leche. Hispanidad redaccion@hispanidad.com