Los periodistas hablamos del fracaso de Angela Merkel (en la imagen) por no haber conseguido en Alemania un gobierno de coalición con liberales y verdes. ¡Hombre no! El fracaso fue intentarlo. ¿Dónde queda la coherencia? A los alemanes les han dejado votar entre posturas e ideologías tan distantes como la democracia cristiana y los ecologistas, o como el cristianismo y el liberalismo. Y si ahora cohabitan democristianos, verdes y liberales, se estarían perpetrando dos hechos no muy gratificantes: 1.- Una incoherencia. Es decir, uno de los grandes males de nuestro tiempo. 2.- Un burla a sus votantes. ¿Voté verde y ahora me imponen principios cristianos? ¿Voté liberal y ahora me imponen normas medioambientalistas? Que no vale todo, señá Merkel. La incoherencia, casar dos contradicciones, o la incoherencia entre lo que se piensa, lo que se dice y lo que se hace no representa el fin de la democracia sino, algo aún más grave: el fin del pensamiento y el fin de la justicia. Hispanidad redaccion@hispanidad.com