Albert Rivera nos ha vuelto a dar otra lección de ética y de pureza, virtud insigne esta, aunque creo que tiende a confundirla con la higiene. Los de C's son ciudadanos puros, por lo que se han visto obligado a decirle a Pedro Antonio Sánchez, presidente murciano, que debe dimitir. Resulta que Sánchez ha sido imputado, él dice que es inocente y que no dimite. En el PP aseguran que debe hacerlo sólo cuando se abra juicio oral. Es decir, cuando ya un juez de instrucción ha visto indicios de delito. Parece más lógico, incluso yo esperaría hasta el juicio oral. Ahí Ciudadanos no pasa una. Ahora bien, desde que copa poder, Albert Rivera, progre de derechas, se ha engolfado, al igual que el PP, en leyes contra la vida, contra la familia, a favor de la ideología de género y del feminismo liberticida. Pero eso no es corrupción. Hispanidad redaccion@hispanidad.com