Air France es protagonista en la prensa francesa por la delicada situación en la que se encuentra y más grave, con el tiempo en contra, y sin consejero delegado, tras la dimisión de Jean-Marc Janaillac, lo que ha dejado a los sindicatos sin interlocutor para terminar con la huelga.

No es el único problema. A eso se une el mal resultado en el trimestre, que no mejorará en el segundo por igual motivo: la conflictividad laboral.

Hay consultores aeronáuticos, como Gérard Feldzer, por ejemplo, que apuntan al riesgo de Air France de desaparecer, como ha sucedido con Alitalia o Swissair, etc. porque “el tiempo se agota” y los competidores (IAG o Lufthansa) no esperan.

La situación inquieta, como es lógico, por el riesgo que corre la alianza con KLM. La propia ministra de Transporte, Elisabeth Borne, no ha disimulado el peligro: “Los socios están muy preocupados por esta situación”. El Gobierno francés tiene un 12,3% en la aerolínea -es de hecho, el primer accionista- pero ya ha dicho que no acudirá al rescate de la compañía, algo que los protagonistas de la huelga pasar por alto.