Redes de pesca, botellas de plástico, zapatillas usadas, telas sucias y vidrios rotos. En otro rincón se alambres con pinchos, tapones unidos con cuerdas de colores que forman una especie de cinturón y varios zapatos con la suela hecha con macetas de barro. No es ningún vertedero. Es la casa de un artista urbano que se fabrica su propia ropa con todo tipo de objetos que encuentra en la calle y en el mar.

No se crean que lo que pretende es ahorrar en su vestimenta, no: Yun Wan Yunfeng quiere denunciar la contaminación. En plata: un señor que se disfraza de señora... para vestirse con basura. Él dice que como una diosa, con lo que presuponemos que no debe ser muy creyente.

En concreto, si uno pregunta a Yunfeng a qué se dedica, responderá que a vestirse de una diosa envuelta en basura. Si uno le pregunta por qué lo hace, afirmará que con sus performances pretende decir a su pueblo, que respira uno de los aires más contaminados del mundo, que se está cargando el medio ambiente y perjudica gravemente su salud y la de sus descendientes.

Yunfeng se inspira en la vida real: "Hace tiempo me impactó ver cómo muchos peces morían en el mar por los vertidos contaminantes o enredados en basura. Decidí hacer un pantalón con redes de pesca y desechos de plástico que encontré en la playa para denunciar lo que está pasando. Desde aquel momento ya no he parado".

Wan cuenta que puede tardar hasta un mes en confeccionar uno de sus trajes. Que ya ha posado con sus creaciones en algunas de las principales cunas de la moda del mundo. En París, frente al Louvre, lo hizo con una funda de edredón roto que convirtió en un vestido de gala. En la Torre Eiffel posó con un traje hecho de vaqueros rotos y cortinas. Y en Nueva York, en medio de Times Square, se paseó con una prenda confeccionada con bolsas de Ikea.

Yun Wang Fen

Su nuevo proyecto es una denuncia a la contaminación de los océanos.

«Son nueve prendas diseñadas con basura que yo mismo he recogido del mar. Casi me ahogo para conseguir muchos deshechos que pretendía utilizar», explica mientras muestra fotografías de uno de sus últimos posados: subido a una piedra, rodeado de agua. El artista, vestido con una capa hecha con redes de pesca y con un traje de baño formado por botellas, tapones y vasos de plástico, mira angustiado a la cámara, queriendo reconstruir la escena de un pez antes de morir a causa de la contaminación.