Decíamos el lunes que el periodismo atraviesa su mejor momento, en contra de lo que afirma el tópico vigente. En este vigésimo aniversario de Hispanidad (bueno, es el domingo 20), no vivimos el peor momento del periodismo sino el mejor gracias a la WWW. Se me dirá que en la red está todo lo peor. Claro, y lo mejor también. Siempre ocurre lo mismo con la libertad, uno de los grandes dones de Cristo al hombre. Al final, el asunto es muy sencillo: para crear un periódico vegetal se precisan millones de euros. Para crear una cadena de radio o de televisión se necesitan esos muchos millones más una concesión administrativa. O eres amado o temido por el Gobierno o pierde toda esperanza. 'Sin en cambio' un periódico digital se monta con mucho menos dinero. Posiblemente deba especializarse porque no tendrá redactores para todo, pero la falta de redactores la compensa con la ausencia de intereses espurios, los que suelen atar, y hasta enriquecer, a los grandes medios. La doctrina clásica asegura que lo grande es más sólido. Mentira, lo grande no es sino la suma de muchos pequeños. Lo grande siempre acaba por ser injusto y por maltratar a lo pequeño, sobre todo, a la unidad más pequeña del individuo: la persona. Lo diré de otra forma: Internet es el lugar donde un periodista a la cuarta pregunta puede competir con Planeta, PRISA o Vocento. Antes de 1996, cuando nació Hispanidad, eso no era posible. Y entonces el poder se incomoda. Natural: lo propio de los poderes político y económico, y, en particular, del más peligroso de todos, el poder cultural, es controlarlos a todos y atarlos en las tinieblas de Mordor (no, no hablo de la facultad de Políticas de la Complutense). Pero claro, puedes controlar a un puñado de multimedias por muy poderosos que sean, aunque son gigantes con pies de barro, pero no puedes controlar a decenas de periódicos digitales ni a miles de blogueros. ¿Despreciarlos? ¡Qué peligroso resulta! ¿Acaso no saben que, desde que se inventó Google, un bloguero de Murcia -sin ánimo de ofender- puede poner en jaque a la más poderosa de las corporaciones? Basta con que tenga un sola cosa: información veraz. La información falsa le encanta al poder, enemigo jurado de la libertad de prensa. Pues bien, la Red representa el triunfo de los pequeños y la recuperación de la libertad de prensa. Es una maravilla: ¿Quién dijo que las cosas iban mal? El periodismo está en su mejor momento. Sólo necesitamos convencernos de que las fisiones son mejor que las fusiones. Las fisiones suelen ser buenas, no porque desunen, sino porque convierten lo grande en pequeño. Pero lo mejor es que las cosas nazcan pequeñas, contribuyan al bien común… y se mantengan pequeñas. Recuerden que la verdad circula por conductos estrechos y no muy largos. El periodismo va bien. Lo que no está en su mejor momento es la sociedad. Pero esa es otra historia que mejor dejamos para mañana. Eulogio López eulogio@hispanidad.com