Sr. Director:
Naturalmente se hizo notar nuestro iluminado presidente que, gracias a Dios, se retiró para irse a supervisar nubes, profesión a la que debió dedicarse siempre en vez de ocuparse en destruir un país como España.

Su legado es amplio y nefasto. La humillación que sufrimos por su indolencia, su perfidia y su pasotismo, llega a su mayor cota en su colaboración con la actitud del "salvador" de los catalanes.

Nos dejó Zapatero una sociedad moldeada que, en gran parte, acepta el asesinato de niños antes de nacer; nos dejó unas familias vejadas por su equiparación a las uniones de homosexuales; nos dejó una educación en la que prima el adoctrinamiento a los educandos y el desinterés por el aprendizaje; nos dejó una nueva generación mayoritariamente amoral e irresponsable; nos dejó una crisis económica que negó de forma pertinaz, nos dejó… Y ahora, podemos ver lo que le ha dejado en herencia a los pobres catalanes: un demagogo salvapatrias que les llevará a la situación más desastrosa de su existencia.

Durante algunos años, ZP ha alentado al obstinado Arturo, a modelar a los ciudadanos, con el idioma, con el victimismo, con un Estatuto inconstitucional, con el desprecio a las leyes y las instituciones, con la búsqueda de un enemigo que decidió que fuera el resto de españoles, con la censura de los medios no afines, con el silencio de los hechos vergonzosos, etc. creando un ambiente de secesión obligada, basado en el engaño, la corrupción y la presión política.

Pablo Delgado Escolar