Sr. Director:
Por mi edad aún me acuerdo del caso Banca Catalana y de aquellos encendidos discursos de Jordi Pujol, envuelto de banderas, calificando a las acusaciones contra él de "ataques a Cataluña" mientras presumía de "ética" y de “moral".

Todo para ocultar y evitar dar cuentas de su desastrosa gestión en Banca Catalana que nos acabó costando 300.000 millones de las antiguas pesetas a todos los españoles mientras él se fue de rositas.

La comparecencia parlamentaria del ex Molt Honorable nos ha trasladado a muchos al pasado, a un triste 'deja vu'.

El mismo discurso, el mismo actor y la misma intención: tapar sus oscuros apaños financieros con el patriotismo, engañando a la audiencia. Pero ahora la obra de teatro ya está demasiado vista, esta vez ya no cuela.

María Caro