• El Gobierno ruso entregará a Ucrania el segundo tramo de los 15.000 millones de dólares en ayuda económica y la reducción del precio del gas.
  • Como pago por dar marcha atrás en la firma del acuerdo con la Unión Europea.
  • Por su parte, la UE examinará "medidas específicas contra los responsables de la violencia y el uso excesivo de la fuerza.
La tregua pactada el miércoles entre el presidente de Ucrania y los principales partidos opositores ha terminado y los disturbios se han reanudado con violencia en la Plaza de la Independencia de Kiev, a resultas de los cuales, al menos 37 personas han muerto.

Además, desde el pasado martes hasta la mañana de este jueves, habían recibido atención médica de urgencia 445 personas, de la cuales 287 tuvieron que ser hospitalizadas.

Las protestas en Ucrania se iniciaron a finales de noviembre de 2013, cuando el presidente Viktor Yanúkovich no firmó un acuerdo de asociación con la Unión Europea y, por contra, el presidente recibió un préstamo de Rusia. Una Rusia que no desea perder influencia ni control en el país.

Por eso, el Gobierno ruso ha asegurado este jueves que no está estudiando cancelar la ayuda económica a Ucrania aunque ha hecho hincapié en que es necesario que la situación se normalice, según ha informado la agencia de noticias rusa RIA Novosti.

Dimitri Peskov, portavoz del presidente ruso, Vladimir Putin, ha asegurado que el Gobierno ruso cumplirá su palabra y entregará a Ucrania el segundo tramo de los 15.000 millones de dólares en ayuda económica y la reducción del precio del gas por la decisión del régimen de Yanukovich de dar marcha atrás en la firma del acuerdo con la Unión Europea para acercarse a Rusia.

Mientras, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, ha insistido en que "lo urgente es poner fin a la violencia" en Kiev y conservar el "carácter pacífico" de las manifestaciones. A pocas horas de que los ministros de Exteriores de la UE se reúnan en la capital europea para examinar "medidas específicas contra los responsables de la violencia y el uso excesivo de la fuerza", Barroso ha defendido que existe un fuerte "consenso" entre los 28 para afrontar esta situación.

En el fondo, las protestas de la ciudadanía ucraniana se dirigen contra un sistema y un Gobierno corruptos, en un país dominado por las mafias, quién sabe si también por las rusas. Para montar un pequeño negocio, los ucranianos deben pagar la correspondiente cuota al mafioso de turno. Los ucranianos creen que un acercamiento a la UE les ayudaría a salir de ese círculo vicioso entre poder, corrupción y mafias.

Aunque eso está por ver, lo cierto es que la violencia -venga del poder o de los manifestantes- nunca trae nada bueno. Y, como siempre, lo deseable es sentarse y llegar a acuerdos.

Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com