Anuncia que restringirá comentarios de los usuarios en algunos países

 

Según expertos y analistas, el papel que jugaron las redes sociales en la Primavera Árabe fue fundamental para el éxito de las protestas populares (una Primavera Árabe que, por cierto, en algunos casos está haciendo válido el dicho 'peor es el remedio que la enfermedad', dadas las situaciones de injusticia social y persecución de libertades en que está derivando: de hecho, la persecución de los radicales islámicos contra los cristianos en África del Norte y el Medio Oriente es motivo de preocupación para el Papa Benedicto XVI, quien dijo recientemente: "El respeto a la persona debe estar en el centro de las instituciones y de las leyes, y debe conducir al final de toda violencia").

Pero vayamos al centro de la cuestión: en esa 'Primavera Árabe' jugó un papel importante la red social Twitter. Pues bien: ayer anunció que va a comenzar a restringir determinados contenidos en los países que tienen un concepto "diferente" de la libertad de expresión, lo que en algunos casos podría llevar a su cierre definitivo.
 
¿Qué tipo de comentarios pueden ser esos? Twitter ponía como ejemplo el no publicar los de contenido nazi en Alemania y Francia, países en los que está prohibida la apología de esta ideología. "A partir de hoy, tendremos la capacidad de no publicar los comentarios de los usuarios en algunos países, aunque sí los publicaremos en el resto", anunciaba la empresa estadounidense.

La red social también ha reconocido que esta necesidad de adaptarse a las normas nacionales podría llevar a su cierre en algunos países: "Algunos difieren tanto de nuestras ideas que no podremos existir allí".

Este anuncio ha incendiado la propia red social, por lo que puede suponer de restricción a la libertad de expresión de sus usuarios.

Está claro que internet ha abierto un campo de libertad, donde, como dice el director de Hispanidad, Eulogio López, cabe lo peor y lo mejor de la sociedad. No obstante, con los límites que impone el código penal en cada país -es decir, no usar la red para cometer delitos- debería bastar para que la red y sus usuarios se autorregulasen.

Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com