El gobernador MAFO inicia su nueva reconversión: no quiere bancos pequeños. El Sabadell quiere ser grande. Oliú cabrea al Popular al hablar de los cinco grandes grupos bancarios. Pero todo gira alrededor de Banesto y la herencia de los hermanos Botín. También sobre una Caixa convertida en banco aunque no con el Sabadell

 

El gobernador del Banco de España quiere cerrar el proceso de fusiones de cajas de ahorros, y su conversión en bancos, antes del 31 de enero. Quedarán flecos, claro está, y sobre todo, quedará arrasado el sector financiero español que más colabora al bien común, pero lo peligroso es que una fusión no significa que se solucionen los problemas. Se cumple el viejo aforismo de los matrimonios financieros: fusiona un banco malo con otro malo y tendrás tres problemas.

En cualquier caso, oficialmente con 2010 se cerrarán los procesos de fusiones de cajas de ahorros, que se reducirán a la mitad. Comenzarán entonces las fusiones bancarias, porque el gobernador Fernández Ordoñez no sólo arremete contra las cajas, sino también contra los bancos pequeños. Para él, lo mejor sería un sistema financiero formado por Santander, BBVA, Caja Madrid y Caixa.

Y los banqueros se mueven al ritmo que marca el Banco de España. Por de pronto, Josep Oliú, el presidente del Santander, quiere convertirles en el quinto banco del país. Y en el Popular no ha sentado nada bien dado que el quinto, son ellos. Es verdad que la evolución de la capitalización de ambas entidades acerca al Sabadell al Popular pero eso no significa que, a día de hoy, el grupo de Ángel Ron vale 5.600 millones de euros frente a los 3.900 del Sabadell. No olvidemos, además, que Oliú no ha conseguido su empeño de fusionar el Sabadell con La Caixa para crear el gran banco catalán. Sencillamente, en La Caixa no le quieren. Más fácil sería que el Popular se uniera a la entidad catalana.

En cualquier caso, la reconversión bancaria que pretende MAFO pasa por Banesto y por la herencia de los hermanos Botín, Emilio y Jaime. Ahora que éste último ha conseguido un sucesor en Bankinter y que Ana Patricia Botín ha pagado cara la osadía de retar a su padre para precipitar la retirada y le espera una larga temporada desterrada en Londres, se acerca el momento de que ambos Emilio y Jaime Botín separen predios. Lo lógico es que Jaime Botín se quedara con Bankinter y Banesto, dos bancos bastante fusionables. En cualquier caso, la clave está en Banesto, un banco doméstico, con mucha personalidad, del que Emilio Botín se deshará algún día.

¿Qué cuál es el objetivo de Miguel Ángel Fernández Ordóñez? Reducir plantillas y sucursales en banca, naturalmente. ¿O en qué estaban pensando?

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com