• El problema es que, para justificar la reforma, los ministros hicieron hincapié en que las compañías ganan demasiado.
  • Conclusión: los analistas aconsejan vender porque el nuevo marco eléctrico reduce la capacidad empresarial para generar recursos.
  • Y mientras tanto, continúan las dudas sobre si la tercera reforma terminará con el déficit.

Todo un éxito. Los ministros de Energía, José Manuel Soria, y de Economía, Luis de Guindos (ambos en la imagen), se van a Estados Unidos a vender la tercera reforma eléctrica del Gobierno, ahora en tramitación. Y resulta que la primera consecuencia es que la cotización de las compañías, especialmente de las renovables (ejemplo, Acciona), aunque todas en general sufren un varapalo bursátil. Es de verdad que, a media que avanzaba la sesión se fueron recuperando pero lo cierto es que los dos ministros no han ayudado a las compañías con sus exposiciones ante los analistas financieros.

El problema está en que los dos ministros se han visto obligados a vender la reforma como instrumento más que necesario para acabar con el déficit de tarifa. Ahora bien, para ello han insistido en que el castigo a las eléctricas, tanto convencionales como renovables, es posible porque las empresas ganaban mucho dinero. Eso es tanto como advertir a los analistas que con la reforma se hundirán los ingresos de las compañías y, naturalmente, los analistas aconsejan vender.

Y lo cierto es que en el entretanto crecen la dudas sobre si la nueva reforma, que llueve sobre mojado, conseguirá anular el déficit de tarifa. Tradicionales y renovables coinciden: ni de broma

Miriam Prat

miriam@hispanidad.com